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¿Qué oficios han quedado atrás?

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Publicado el 29 de enero de 2014 por Rurápolis
Los avances traen cambios. Y esos cambios provocan sustituciones. Hay que viajar al pasado, mucho antes de las revoluciones industriales y tecnológicas, para ver cómo la máquina desbancaba al ser humano en sus funciones. Lo mismo ocurre si hablamos de animales y cómo sus tareas se iban sustituyendo a medida que los inventos dejaban obsoletas las antiguas técnicas. En la era de Internet y el mundo digital, queremos rescatar aquellos oficios tradicionales que nos han ido acompañando durante largos períodos de tiempo. Porque el encanto de lo artesanal no puede quedar en el olvido, en esta entrada vamos a recordar profesiones como los albarqueros, resineros o silleros
 

¿Sabes que tienen en común el incienso, los perfumes y el aguarrás? Estos productos se fabrican a base de resinas. La secreción que producen algunas plantas la trabajan los resineros. Su labor comenzaba con los brotes de la primavera y finalizaba con el otoño. Un trabajo arriesgado y que exigía un gran esfuerzo. Hay que apreciar la valentía de estos profesionales pasando largas noches en los montes y sufriendo caídas desde las copas de los pinos para que los consumidores pudiesen alardear de un buen perfume. Conoce los secretos de esta apasionante profesión desparecida en esta plataforma.

 
 

Aunque ahora este de moda el usar y tirar, no hace demasiado, la economía de muchos pueblos se sostenían gracias a personas que arreglaban objetos viejos o rotos. Un claro ejemplo de ello son los silleros. Ellos recogían plantas herbáceas en las inmediaciones de los ríos que después dejaban secar. Con ellas, arreglaban las sillas de los vecinos o fabricaban a mano otras para su posterior venta. 

 
Una profesión ancestral que aún no se ha pedido es la de albarquero. De origen Cántabro, hicieron que muchos habitantes del entorno rural tuvieran más facilidad para andar por los caminos embarrados y sortear campos mojados gracias al calzado de madera conocido como albarcas. Sus manos labrabas por el tiempo se armaban de herramientas como la vara de medir, el tronzón o el taladro. En este vídeo puedes ver cómo se elabora este singular calzado.
 

Son muchos los oficios que se aprendían de generación en generación en el taller de la vida. Pero no se puede caer aún en la nostalgia mientras siga llamando a su puerta con gran estruendo, el afilador o el tapicero. Y hay que señalar que aún persisten además, profesiones como los yeseros, los palomeros, los aserraderos o prácticas como la trashumancia (el pastoreo nómada que se adapta a zonas cambiantes). Puedes ver la larga lista de oficios perdidos junto con otra de los últimos artesanos en este enlace.

Publicado en ¿Sabías qué...? | 0 Comentarios

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