Ya no saben a nada. Es lo que solemos decir muchos consumidores hoy día de los alimentos que compramos en grandes superficies. El consumidor común escoge entre una gran variedad de productos, sorteando las llamativas ofertas y calculando el precio total de su cesta. La crisis provoca que terminemos, en muchas ocasiones, escogiendo un alimento en función de la cantidad o el coste, sin  reparar en su calidad. Un claro ejemplo de esta realidad se da con frecuencia en la compra de huevos. Si no tienes la fortuna de poseer tu propio corral, tendrás que ir a comprarlos a una tienda.

¿Te has fijado en la serie de números impresos en cada huevo? El primer dígito de toda la serie nos informa de cómo se ha criado y de qué se alimentan las gallinas que han puesto los huevos. Estos números van del 0 al 3. Si comienza por 0, es como si comieras huevos de toda la vida, es decir, las gallinas se alimentan de semillas naturales y ecológicas, y viven al aire libre. El sabor es inconfundible frente a los impresos con otros números. Si empieza por el número 1, significa que el huevo procede de gallinas que se han alimentado de forma alterna con grano y piensos, y viven entre naves de cría y aire libre. Seguimos subiendo escalones hasta el número 2. Aquí ya cambian las condiciones. Son huevos que proceden de naves repletas de gallinas que comen pienso y producen sin parar. Pasan sus días apretujadas unas con otras, y para más inri, por la noche siguen poniendo huevos por la luz artificial que los ganaderos incorporan en la nave, haciendo que no distingan sí es de día o de noche, ¡que estrés!

Por último, si en el huevo que compramos –si te fijas, el que más consumimos- el primer número que aparece impreso es el 3, tienes que saber cómo ha llegado hasta ti. Dentro de sus jaulas, las gallinas comparten un escaso espacio con multitud de compañeras y a todas se les corta el pico para que no se hagan daño unas a otras. Están tan hacinadas que ni siquiera pueden abatir las alas. Tampoco se les apaga la luz y eso hace que no paren de producir. El estrés y la desorientación horaria es tan alta que algunas gallinas mueren.

Ya conoces qué significan los códigos impresos en los huevos. Puedes elegir entre seguir aumentando el mercado de la explotación animal, o si tienes la posibilidad, no contribuir a estas malas prácticas y apoyar los actos socialmente responsables. Si quieres ver un interesante vídeo sobre la producción vegetal y animal intensiva, visita el siguiente enlace.