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Procedimeinto sencillo para conservar los tomates secos
Poco a poco se va acercando el verano. La temporada estival nos ofrece productos tan maravillosos como el tomate. En este artículo te damos la clave para que de una forma natural y muy sencilla puedas conservar los mejores tomates del verano con el fin de consumirlos durante todo el año, y es, secar los tomates al sol.
Los tomates secados al sol tienen un sabor espectacular, y además conservan un perfil nutricional excelente. Son una fuente estupenda de vitaminas y de otros nutrientes (información nutricional de los tomates secados al sol). Y por si esto fuera poco, además combinan a la perfección con innumerables platos de pescado, y resultan muy útiles para la elaboración de aperitivos y tostas.
El procedimiento de secado o deshidratación es muy sencillo y vale para cualquier tipo de tomate maduro, aunque es recomendable emplear tomates tipo ciruela por su menor nivel de humedad.
Resumiendo mucho, se puede decir que este procedimiento consiste básicamente en dejar al sol el tomate durante varios días, pero hay detalles que debemos considerar:
- Lo primero a tener en cuenta es que para realizar el procedimiento hay que elegir una fecha lo más cálida posible y un lugar con largas horas de exposición al sol.
- Los tomates que vayamos a secar se deben lavar previamente.
- A continuación se cortan, generalmente por la mitad (aunque si son muy grandes se pueden cortar en cuartos y quitarles las pepitas).
- Los tomates cortados se ubican sobre una rejilla sin que se toquen entre ellos, permitiendo siempre la circulación del aire, también por debajo. Hay varias formas de colocar los tomates sobre la rejilla al ponerlos al sol, te recomendamos ponerlos con la parte interior hacia arriba.
- Una cosa muy importante es cubrir los tomates con una tela fina (tipo tul) que permita el paso del sol pero que impida que se le acerquen los insectos.
- Por la noche se lleva la rejilla con los tomates a una estancia interior para que la humedad de la noche no les perjudique.
Este procedimiento se repite durante varios días hasta que los tomates dejen de estar pegajosos, veremos que toman un color más oscuro y adquieren una textura más firme. En ese momento habremos terminado, ¡ya tendremos tomates deshidratados para poder consumir cuando más nos interese!