Diferenciamos sus hojas con mucha facilidad. El olivo acompaña el paisaje andaluz durante todo el camino y estamos hartos de tenerlos a cientos. Nos rendimos ante su sombra en verano, tomamos su fruto como tentempié  y por supuesto, acompaños la mayoría de nuestros platos con su elixir dorado. Lo que es sorprendente es que sus hojas se utilicen en infusiones para combatir enfermedades como la hipertensión o la diabetes. Hoy la hoja de olivo es la estrella de la medicina natural por su lucha contra la presión arterial e incluso reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

La causa de todos estos beneficios es que las hojas de olivo son ricas en oleuropeósido, un elemento muy eficaz en los tratamientos sobre la hipertensión cuya función es disminuir el colesterol malo o LDL y aumentar el bueno o HDL. Se ha demostrado que esta rica infusión de hojas de olivo posee un efecto vasodilatador y se encarga de acciones espasmolíticas y antiarrítmicas. Y aún hay más: la infusión es perfecta para alejar las células cancerígenas de nuestro organismo. 

¿Sabes prepararla? Añade tres cucharadas soperas de hojas de olivo a un litro de agua durante 15 minutos. Filtra el agua con cuidado y déjala reposar unos minutos. Es recomendable tomarla en ayunas por la mañana y por la noche. No puede haber remedido más natural al alcance de tu mano.