La Navidad se viste de luces, regalos, villancicos y manjares que a lo largo del año no solemos tomar. Uno de los sabores más inconfundibles durante estas fiestas es el del chocolate. Turrones, mantecados, tabletas o bombones componen muchos de nuestros postres. Tienes que saber que si el cuerpo nos pide este delicioso manjar se debe a la serotonina. Son neurotransmisores que se encuentran en varias zonas del sistema nervioso central y que influyen mucho en nuestro estado de ánimo.

¿Cuáles son las funciones de la serotonina? Regula el apetito mediante la saciedad, controla la temperatura corporal, equilibra el deseo sexual y ayuda en el funcionamiento de la actividad motora y de las funciones perceptivas y cognitivas. También es necesaria para producir la melatonina, es decir, una proteína que se fabrica en nuestra actividad cerebral y que se encarga de regular el sueño. Por eso, la serotonina aumenta al terminar el día (es la responsable de inducir al sueño) y cuando amanece, comienza a disminuir.

Debido a la serotonina, relacionamos el chocolate con nuestro estado anímico porque interviene en otros neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina que son las que provocan estados como la ansiedad, humor, sueño, angustia, agresividad o miedo. Por tanto, la serotonina inhibe estos estados alejándonos de la depresión. Actúa además como reloj interno de nuestro cuerpo es quien coordina el cortisol y la hormona del estrés. ¿Sabías que los hombres producen hasta un 50% más de serotonina que las mujeres? Esto explica que ellas sean más sensibles a los cambios en los niveles de estos neurotransmisores y por tanto, consuman generalmente más chocolate que ellos.

Te sugerimos que alejes los síntomas depresivos de ti y endulces la vida con un poco de chocolate.