Ayer día 17 de Junio se celebró en la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) la Jornada “Revolución Digital en el Mundo Rural” en la que empresarios expertos en desarrollo tecnológico debatieron sobre las ventajas e inconvenientes de la aplicación de las TICs en el mundo rural. Entre las utilidades más destacadas se habló de las mejoras que se podrían llevar a cabo para incrementar la competitividad de las empresas del sector agroalimentario mediante el uso de herramientas como: aplicación de precios en origen en tiempo real, aplicación para gestión de flotas, aplicación para control digital de partes de trabajo, etc.

La comercialización de productos a través de internet haciendo uso de las redes sociales fue un asunto muy comentado, sobre todo como herramienta para llegar al corazón del cliente de forma directa. “Algunas personas que trabajan en el campo no son del todo conscientes de las ventajas que las TICs pueden aportar para solucionar sus problemas”. Así de convencido comenzó su intervención en la jornada Miguel Ángel Molinero, socio-director de Rurápolis. Quien también planteaba que las TICs podrían llegar a ser motor de innovación en el mundo rural. Juan Luís González, director gerente de Orange 3 respondía a ello argumentando que “en el campo son incrédulos hacia las novedades poco contrastadas” y, añadía, basándose en la experiencia de éxito de su empresa “es importante acortar la cadena de producción y tener un trato directo con el cliente”. Por ello el empresario alababó el poder e importancia de las redes sociales para darse a conocer y comercializar productos.

La visión de las empresas privadas queda clara: hay que aproximar la innovación y la tecnología a la realidad del mundo rural para mejorar la productividad de las empresas agroalimentarias. Por su parte los representantes de la administración andaluza aportaron información de utilidad sobre líneas públicas abiertas para solicitar apoyo al desarrollo de proyectos tecnológicos (tanto en la Agencia Idea como en la consejería de Agricultura). Manuel Ruíz, del Departamento de Industrias Agroalimentarias de la Junta de Andalucía, dejaba claro que el objetivo de las subvenciones públicas es ayudar a mejorar el proceso productivo, esto es, su eficacia y eficiencia.

Los ponentes invitados han coincidido en la importancia de revitalizar el trabajo en el campo así como facilitar el acceso de los jóvenes. “La gente joven sí quiere trabajar en el campo, ya sea por necesidad o por voluntad propia, el problema es que se lo ponen muy difícil”, así lo aseguraba Antonio Muñoz, gerente de Saig. Lo que queda claro es que nos encontramos ante un panorama complejo que requiere que, tanto empresas privada como administraciones públicas se sienten a discutir las posibles soluciones para mejorar la rentabilidad y competitividad de las empresas del sector agroalimentario.