Te proponemos una buena sobremesa: un dulce que trae recuerdos de infancia acompañado de un buen whisky. El turrolate casa a la perfección con esta bebida alcohólica puesto que tras una comida, apetece algún digestivo como puede ser el whisky y al mismo tiempo, algo dulce. Ya explicamos en una entrada anterior porqué nos apetece el chocolate en determinadas horas y para que no te lo tomes solo, te sugerimos esta bebida que obtiene  por la destilación de la malta fermentada de cereales y su envejecimiento posterior en barriles de madera.

Imagínate el saborear cacao, almendras y aroma de canela. Ahora, añádele unos matices de vainilla con una sensación de retrogusto largo que golpean tu paladar avisando de que los toques de madera debida a su envejecimiento natural. El sabor dulce y floral de esta bebida provoca un fenómeno sobrecogedor si se acompaña de este legendario chocolate. 

La tradición escocesa y nuestros recuerdos del pasado convergen en este atípico maridaje no apto para los que no quieren descubrir nuevos sabores. El turrolate ha servido de muchas meriendas para los más pequeños que lo acompañan con aceite y pan. También ayuda a las embarazadas por su gran valor energético. Ahora es el momento que te toca disfrutarlo a ti también. Un bocado de turrolate con un trago del mejor whisky: un placer para todos los sentidos.