La revolución tecnológica llega a las bicicletas. Este medio de transporte es cada vez más utilizado por sus múltiples ventajas como cuidar el medio ambiente, evitarnos atascos y practicar ejercicio. Pero puede haber circunstancias como el estado del pavimento o una gran distancia por recorrer cuando decidimos utilizarla y para facilitar nuestros trayectos, irrumpen en nuestra sociedad las bicicletas eléctricas. Necesita energía, que se almacena dentro de una batería, pero no es comparable con otro vehículo como el coche por su bajo coste y lo hace sin emitir emisiones CO2.

Además, el empuje del motor es silencioso al igual que la bicicleta tradicional. Hay dos variantes de bicicletas eléctricas dependiendo del movimiento que quiera aportar el usuario: una dotada de un sensor donde nuestros pedaleos se equilibran a la energía proporcionalmente y la de sensor de movimiento con regulador, donde se detecta el esfuerzo y activa el controlador. También se están incorporando aceleradores autónomos con respecto al pedaleo, al igual que las motocicletas. Las bicicletas eléctricas aterrizan en nuestra vida para que nuestros paseos resulten más ligeros y agradables.